Un niño de 2 años fue atacado por una anaconda de aproximadamente 6 metros de largo a orillas de un río en Vicentinópolis, en el sur de Goiás. Según el teniente Carlos Diniz, de la Policía Militar (PM), el niño jugaba mientras sus padres estaban cerca.

“La familia escuchó los gritos del niño. El equipo estaba patrullando y escuchó a la madre gritar pidiendo ayuda, mientras el padre intentaba liberar al niño de la serpiente, que estaba enrollada”, detalló.

El rescate tuvo lugar el pasado sábado por la tarde. Según el teniente, la policía intentó ayudar de varias maneras, lograron desenroscar parcialmente la serpiente, pero la única forma fue matarla.

“Solo estábamos tratando de salvar al niño y la única manera era matar al animal, no queríamos que el animal muriera, queríamos que el niño y el animal siguieran con vida”, añadió.

El niño fue trasladado al hospital, que se encontraba a unos 20 kilómetros de la finca donde se produjo el ataque y donde trabajan sus padres. Según información policial, el niño no resultó gravemente herido y la mordida no fue profunda. Fue liberado de la unidad.

“Es un hecho que nos marcará por el resto de nuestras vidas, el niño volvió a nacer”, concluyó el teniente.

Especies

El biólogo Edson Abrão explicó que se trata de una “anaconda amarilla”, una de las serpientes más fuertes del planeta. Respecto al ataque, el especialista explicó que es de naturaleza poco común, pero puede ocurrir.

Según Edson, no tiene veneno y mata a sus presas por constricción, es decir, utiliza la fuerza muscular para inmovilizar y matar a sus presas por asfixia.

“Este animal es muy fuerte, su fuerza es superada sólo por la pitón, esa serpiente africana y asiática”, explicó.

Edson también dijo que la anaconda amarilla es la única serpiente que puede alimentarse en el agua, es muy ágil, le gustan los ríos, arroyos y prefiere lugares con agua limpia.