El año en Pergamino comenzó con un espeluznante femicidio que ha dejado a la comunidad consternada. El primer día de enero, Yamila García compartió con una vecina un escalofriante presagio: "Te abrazo fuerte porque hoy mi marido me va a matar". Pocas horas después, su vida fue truncada por José Antonio Cardozo, quien intentó encubrir el crimen como un suicidio.

La maquinación de Cardozo se desmoronó gracias a la valiente denuncia de testigos y al esclarecedor informe forense sobre la mecánica de la muerte de García. La Policía detuvo al esposo, acusándolo del delito de "homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género", una acusación que conlleva una pena de prisión perpetua.

El femicidio ocurrió por la tarde del 1 de enero cuando Cardozo, intentando ocultar sus actos, llamó a una ambulancia del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME). Los médicos que llegaron a la escena rápidamente constataron la asfixia mecánica como causa de la muerte de García, alertando a las autoridades.

La investigación, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Pergamino, dirigida por el fiscal Horacio Oldani, reveló que Cardozo había golpeado a su esposa durante todo el día. La víctima, que dejó una hija de 39 años, ya había denunciado previamente a su agresor por violencia de género.

A pesar de las denuncias anteriores y la relación enfermiza que mantenían, García y Cardozo convivían al momento del fatal desenlace. El femicidio de Yamila García es el décimo registrado en los primeros once días del año, reflejando la urgencia de abordar la violencia de género y proteger a las mujeres víctimas de estos crímenes atroces.